Es 2025. Estoy a menos de un mes de cumplir 33 años y me resulta difícil cuantificar el progreso que he tenido a lo largo de ellos con mi enfermedad. Traté de aceptarme como soy y acceder a dejarme ayudar, es el camino que te muestran todos para vivir feliz y que no te preocupe más lo que ingeriste. Conseguí ayuda de distintas fuentes, de un centro de tratamiento de TCA así como un psiquiatra y un psicólogo aparte, es el camino que te muestran todos para curarte de esto. Después de todo, hay muchas mujeres que dicen que lo hicieron y ahora aman cada centímetro de sí mismas, a sus 30s viven sin el fantasma que nos aqueja a todas, el de ganar masa corporal y sentir la necesidad de justificarlo y hacer algo al respecto.
Empiezo a ver que me cuesta hablar y contar qué me sucede. Que los profesionales me miran y anotan en sus hojas, que no puedo ver qué escriben, qué piensan de mí, qué dicen de mí. Empiezo a ver que me ponen mirando atrás en la balanza y no me dejan saber cuánto peso y es mi compromiso no intentar hackear el sistema, pesarme y saber ese número. Empiezo a ver que estiran las cejas cuando les digo que pienso mucho en morirme, que no tengo un sistema de contención porque algo que no soy capaz de hacer es contarle a una persona real lo que me pasa. Se me erizan todos los pelos del cuerpo cuando me dicen que necesito buscar un sistema de contención y que tengo que pasar por el proceso de pedirle ayuda a mis seres queridos, porque siempre me mostré fuerte con ellos y siempre pensaron que la ayuda no la necesito y que estoy perfecta tal y como estoy. Me hago una nota mental y digo que mañana hablaré con ellos, lo pongo en mi lista de tareas.
Me voy a dormir con comida en el estómago y siento que es impropio permitir que se absorba por la noche, a la mañana me despierto con la ansiedad de querer ver si el plato de ayer interfirió en mí y cuánto lo hizo, qué puedo hacer para remediarlo. Pero eso es por lo que pasan todas las que se recuperan, ¿no? me dijeron que iba a tener que trabajar y eso es lo que estoy haciendo. No me peso, decido mantener la confianza que depositaron en mí y seguir haciendo lo que esperan de mí. Después de todo, les pago para que me saquen el monstruo que tengo adentro o que al menos lo aplaquen para que me deje vivir.
Tomo la medicación que me recetaron, aunque poderla comprar me cuesta. Empiezo a ver sus efectos, veo que vomito, la taquicardia, el dolor de cabeza, veo que me duermo en cualquier lugar, pero lo acepto porque así es como debe ser. Paso meses entre recetas, entre días de charlas que quiero y no quiero tener, de verme al espejo y pensar si algún día podré verme como soy. Todo marcha hasta que me doy cuenta de que no me está cerrando el pantalón, que mi cara se ve más redonda de lo normal, que la gente me trata de una manera que me resulta familiar de muchos años atrás, que mi pareja me mira menos y que el pantalón sigue sin poderse abrochar. Que estoy perdiendo ganas de subir fotos de mí misma y el pantalón sigue sin poderse abrochar. Que le oculto cosas a los terapeutas y el pantalón sigue sin poderse abrochar, que aún no hablé con mis seres queridos y ahora no solo el pantalón no abrocha, sino que los rollos se salen por mi camisa. Que volví a comprar una balanza y el pantalón aún no me cierra.
10 kilos de más. Ese era el motivo por el que nadie me quiere dejar pesar. Pero yo ya lo sé porque me encanta estar un paso adelante de todo el mundo aunque la única que se queda atrás soy yo misma. ¿Y qué hago ahora? ¿Esto no es por lo que pasan todos para ser felices? ¿Por qué las que se recuperaron nunca hablan de esto? ¿No les molesta sentirlo? No hablé con mis seres queridos y peso 10 kilos más. Indago en qué lo provoca, me doy cuenta de que es la medicación. Tengo 10 kilos de más y cancelo una cita con el psiquiatra, 10 kilos de más y postergo una cita del centro porque tengo cosas que hacer. 10 kilos de más y me parece que es un montón irme a dormir con comida en la panza, tengo 10 kilos de grasa en el cuerpo, no es necesario aportar más nutrientes.
8 kilos de más y empiezo a desayunar café y pienso que capaz eso es lo que debería tomar durante todo el día, no es necesario aportar más nutrientes. 7 kilos de más y cancelo dos citas seguidas con el psiquiatra, 6 kilos de más y dejé de ir hace un mes al centro porque los convencí de que no seguiría con el tratamiento por temas económicos. 5 kilos de más y el dinero que invertiría en medicación y tratamiento lo invierto ahora en comida para darme atracones. 4 kilos de más y noto que me estoy por desmayar porque llevaba 3 días sin comer. La medicación que busco ahora es alguna píldora ilegal que contenga anfetaminas así puedo bajar de peso ya. Necesito bajar de peso ya. No puedo estar así, no me acepto así. Realizo en que es todo una mentira, nunca quise estar en tratamiento y quisiera estar flaca o muerta. 4 kilos de más y me peleo porque ven que no estoy tomando la medicación. Me peleo con el psicólogo, me peleo con el psiquiatra, hago que me dejen ir, me torno insoportable y deciden "derivarme" con otra persona o directamente dejarme de contestar. Me angustia pero en mi interior pienso que lo logré.
3 kilos de más y las personas me vuelven a mirar, mi cara vuelve a tomar algo de forma. Empiezo a salir, a encontrar confort en citas casuales, a dejar que vean y utilicen mi cuerpo por el que me morí de hambre por meses. 3 kilos de más y se sorprenden de cómo hago para comer tan poco, 3 kilos de más y siento culpa por haber comido un platón de frutas o porque mis porciones superen la comida diaria de 500 calorías que pacté. Quisiera estar flaca o muerta. Siento que es mi culpa haberme permitido hacer un tratamiento y soñar con que podría ser como ellas, las que se recuperaron y son felices ahora.
Este es mi lugar, porque prefiero estar flaca o muerta antes que sana y gorda. Sé que es tremendamente ofensivo y horrible lo que estoy diciendo. Soy errática, no sé si este lugar es realmente mío, pero es lo que me mantiene aquí. Peso 3 kilos más y me merezco ahogarme en mi trastorno hasta que me lleve la muerte por fin, porque no soy capaz de enfrentarme a ese mundo donde la gente vive bien pesando 10 kilos más. No tengo contención de nadie y nunca la voy a tener porque soy demasiado testaruda, hacer algo a estas alturas es gastar recursos y tiempo en causas perdidas. Me reconozco como un ser fallado y viviré así hasta el final de mis días. Me rindo, no sé cómo ser yo sin mi bulimia, no sé tener una personalidad aparte del hecho de vivir para cuantificar qué como y qué no, no soy capaz de hacer algo con mi tiempo libre sin involucrar a la comida. Ella vivirá en mí y nos vamos a llevar las dos al paraíso o al infierno. Lamento por quienes deciden depositar algo de fe en mí.
Tonto.
Hoy en que prácticamente es fútil expresar en palabras lo que me está pasando con vos, me vengo a dar cuenta de que no estaba siendo consciente de lo mucho que cambiaste mi vida.
Hoy, que parece que decides partir y encontrar hogar con otra mujer, siento que necesito sostenerte con el último dedo y contarte que quizás el desprecio que te demostré fue rabia, fue decepción de todo lo que me prometiste y no hiciste. Quisiera poder obtener una respuesta, me encuentro divagando, armando teorías en mi cabeza, jugando a que me vuelvas a mirar y quizás hacerte pensar que no soy tan mala, solo que fuiste demasiado imbécil y deshonesto para sostener una relación conmigo.
No cabe duda que sí te amé, utilicé todo mi corazón en asegurarme que estuvieras bien, que no te faltara nada y tú te encargaste de arruinarlo todo con mentiras, con expectativas falsas, con promesas incumplidas. ¿Sabes lo que yo hubiese dado porque con lo primero que me hubiese topado cuando te encontré en mi vida sea la verdad? Quizás así, no estaríamos así, no estaría divagando, mi corazon no estuviese gritando por encontrar la misma contención y el mismo cariño.
Pero a mi corazón ahora le tengo que enseñar que no puedo estar con vos porque sos una persona mentirosa, porque me fallaste, porque me prometiste la vida y no me terminaste dando nada. Porque me pediste paciencia, yo con todo el cariño del mundo te la di, pero cuando te la pedí de vuelta para reestablecer cada ladrillo en la relación, no fuiste capaz de eso porque el ego te puede más que tu capacidad de querer a una persona.
Te jactas de que sos una persona amorosa, enamorada del amor, complaciente con su pareja pero en realidad solamente te amas a tí mismo, utilizas a las personas para que vanaglorien las cosas que haces bien. Del único que estás enamorado es de vos, por eso no sos capaz de detenerte y ponerte a pensar que la misma paciencia que pedís, el otro la necesita para pensar, para procesar las estupideces sin sentido que haces y decís.
Aún así, egoísta y estúpido, me enamoré de vos y de tu ego. Y me quema por dentro que no hayas sido capaz de hacer las cosas bien. Lo único que te pedí fue que las cosas las hicieras bien y no lo lograste. Me rompiste algo que en mi mente tenía sentido, era sagrado. Sosteniendo todos mis miedos en mis manos, te ayudé a quererme, te ayudé tanto a ver la vida de otra forma, ¿Y me pagas con tu impaciencia? ¿Con celos infundados? ¿Asfixiandome?
Me preguntó qué pensarás hacer ahora. Me preguntó qué estás haciendo ahora. Me preguntó todo el tiempo si las cosas que querías hacer conmigo son genuinas o solo son un speech viejo que utilizas para que las demás mujeres se hagan adictas y así poder esnifarte toda la cocaína que te produce que te soben tu ego. Me pregunto si es verdad que te tomaste en serio aunque sea algo, o si te lo tomaste para el chiste y solo cuando quemaban las papas viniste a darte cuenta que tu dealer de cocaína egomaníaca se estaba por ir.
No hubiese tenido problemas en ser tu inagotable fuente de dopamina, si tan solo no hubieras abusado de mi confianza. Ahora te dejo para no seguirme lastimando y me encuentro con que básicamente no te valió nada porque en un solo mes ya andabas en los brazos de otra mujer, porque no puedes estar sin que te venere alguien. ¿Por qué no puedes convivir contigo mismo? ¿Por qué no puedo convivir contigo? ¿Por qué me dueles tanto y a ti no te pasa nada?
No es justo que las personas que somos bondadosas contigo paguemos así las consecuencias. Es una real injusticia y me toca estar aquí sentada e inmóvil para ver cómo se prende en llamas la casa que armé en mi corazón para que viviéramos los dos.
Te amo y me duele más de lo que quiero admitir, ojalá nunca te des cuenta de esto porque no te quiero dejar ganar la última batalla. Espero que el karma llegue a tí y te des cuenta que perdiste por deshonesto y por manipulador.